jueves, 9 de junio de 2016

Lourdes 2016

Otro año más, en este 2016, el Movimiento Familiar Cristiano de Burgos inicia su peregrinación mariana. El 30 de abril salimos hacia Lourdes cuatro familias del MFC, dos de un grupo de promoción y el resto, hasta 35, amigos y familiares.
De camino hicimos una parada en Biarritz, para hacer más entretenido el trayecto, y desde allí… ¡llegamos a Lourdes! A la casa de las Hermanas del Amor de Dios, que es como nuestra casa.
MFC en Lourdes, 2016
Rápidamente nos dirigimos al santuario para asistir a la procesión de enfermos, cosa que no todos conseguimos… Este año coincidimos con un encuentro de la Orden de Malta de varios países. Con sus uniformes dieron colorido al fin de semana.
Tras la cena acudimos al rosario de las antorchas. Como siempre, primero los enfermos, luego el resto de peregrinos. Nosotros, los últimos, ¡por llegar tarde!. Pero eso no impide disfrutar de la hermandad y universalidad del acto, rezando cada uno en su idioma de la emoción que sentimos al levantar las velas hacia el cielo con el canto del “Ave, Ave, Ave María”.
El domingo, día de la Madre, lo celebramos con la Eucaristía en la gruta. Este lugar tan especial donde Ella nos espera con todas nuestras peticiones y necesidades, propias y encomendadas. Y a continuación realizamos el Vía Crucis desde la contemplación de las obras de misericordia.
Tras la visita a los lugares de Bernardita (calabozo, casa paterna, molino) y al museo de cera, también las diferentes capillas y basílicas del santuario, volvimos a coger nuestra vela y de nuevo participamos en el rosario de las antorchas.
El último día que era lunes, lo iniciamos también con misa en la Gruta. Pensamos que habría menos gente, pero… ¡qué va! Igual, o incluso más que durante el fin de semana.
Aunque al principio decíamos que fuimos 35, no es correcto, fuimos 36. Durante toda la peregrinación, Juan, el conductor, fue uno más del grupo, compartió todos los actos con nosotros, participó en las actividades, en el viaje de vuelta compartió testimonio y experiencias como los demás. ¡Si hasta está en el grupo de wsp compartiendo fotos!.
Pero como ocurre en estas ocasiones, la peregrinación llegó a su fin y teníamos que volver a nuestras vidas cotidianas. Allí dejamos la gruta, el santuario, Lourdes, Francia…, pero nos traemos el Jubileo de la Misericordia (con tarjeta y todo) que allí nos ganamos, la paz del corazón, la alegría de sentirnos hermanos de una multitud y la experiencia del amor que Ella nos regala y que siempre tiene preparado para que vayamos a recogerlo.
¡Hasta pronto María de Lourdes!

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