En septiembre, solemos hacer unas convivencias de principio de curso, en la que los padres tienen sus reuniones formativas mientras los niños juegan en un entorno de naturaleza y por supuesto, acompañados. Este año, por quinto año consecutivo (creo), hemos ido a la casa de Villagarcía de Campos, en Valladolid y una vez más la experiencia fue realmente grata.
A pesar de que un fin de semana no se puede alargar todo lo que quisiéramos, siempre nos da tiempo a hacer muchísimas cosas y los niños en general suelen repetir. Y ¿qué cosas hacemos?, pues como he dicho, de todo. Empezamos con una pequeña oración para encomendar el día y acto seguido los padres a la reunión y los niños a talleres, en los que normalmente, preparamos algo para la velada de por la noche.
El transcurso del día sigue por la misma línea, aunque cada año hacemos talleres nuevos, juegos nuevos, y siempre en torno a una temática, este año, lo hemos enfocado a la parábola de la oveja perdida. Después la esperada comida, seguida de una visita cultural. Este año ha tocado el canal de castilla, donde se podía elegir entre ir en barco o en piragua, la verdad es que fue una experiencia super divertida y donde aprendimos muchas cosas (una de ellas fue, que si vas a hacer piragüismo, acuérdate de llevar el bañador).
Después tarde de juegos, el rosario, y pitando hacia la velada, en la cual todos los años tanto las familias como los niños nos sorprenden con alguna actuación, juego o chistes, todo en un ambiente muy muy muy familiar. Al día siguiente, más juegos, más naturaleza y muchas agrias despedidas, esperando ansioso a que llegue otra vez septiembre y poder volver a disfrutar de esta maravillosa casa donde tan bien lo pasamos.
Jorge
A pesar de que un fin de semana no se puede alargar todo lo que quisiéramos, siempre nos da tiempo a hacer muchísimas cosas y los niños en general suelen repetir. Y ¿qué cosas hacemos?, pues como he dicho, de todo. Empezamos con una pequeña oración para encomendar el día y acto seguido los padres a la reunión y los niños a talleres, en los que normalmente, preparamos algo para la velada de por la noche.
El transcurso del día sigue por la misma línea, aunque cada año hacemos talleres nuevos, juegos nuevos, y siempre en torno a una temática, este año, lo hemos enfocado a la parábola de la oveja perdida. Después la esperada comida, seguida de una visita cultural. Este año ha tocado el canal de castilla, donde se podía elegir entre ir en barco o en piragua, la verdad es que fue una experiencia super divertida y donde aprendimos muchas cosas (una de ellas fue, que si vas a hacer piragüismo, acuérdate de llevar el bañador).
Después tarde de juegos, el rosario, y pitando hacia la velada, en la cual todos los años tanto las familias como los niños nos sorprenden con alguna actuación, juego o chistes, todo en un ambiente muy muy muy familiar. Al día siguiente, más juegos, más naturaleza y muchas agrias despedidas, esperando ansioso a que llegue otra vez septiembre y poder volver a disfrutar de esta maravillosa casa donde tan bien lo pasamos.
Jorge
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