De la Jornada Mundial de la Juventud
hay un antes y un después, lo recordaremos toda la vida.
Estábamos
un poco nerviosos en casa, íbamos a recibir dos jóvenes en casa, era la primera
vez que acogíamos a alguien en casa que no fuese parte de la familia. Resultó
muy bien, yo creo que las chicas se sintieron acogidas, y de hecho seguimos
manteniendo el contacto. Fueron días intensos de muchas actividades, y nosotros
como familia acudimos a todo lo que pudimos en Burgos. Los niños estaban
encantados, se respiraba un gran ánimo en las calles. Íbamos con banderas, con
las camisetas de color de las Jornadas y de la Parroquia, en fin, nos contagiábamos los unos a los otros
la alegría.
Hemos
tenido contacto con jóvenes de diferentes partes del mundo, cada uno vivía una realidad familiar social diferente,
pero con una misma ansia de Dios.
Lo
que vivimos en Burgos solo fue una avanzadilla, ya que una vez en Madrid, fue
algo desbordante. Martín yo y los niños fuimos a Madrid el viernes 19 por la
mañana y estuvimos hasta el domingo 21 de agosto. Llegamos en varios autobuses
desde Burgos, al colegio de acogida de Madrid. Después de comer, acudimos al
Vía Crucis del Papa, nada más llegar al metro empezamos a percibir que no
éramos unos pocos, estaba lleno de gente joven que no hacía más que
cantar, y gritar de alegría “Esta es la
juventud del Papa”… acabábamos cantando todos como locos…
Una
vez situados junto con los jóvenes de nuestra parroquia esperamos con gran impaciencia
la venida del Papa, estábamos emocionados, estuvimos muy cerca de El, yo creo
que sin dudarlo el también lo estaba. Acabamos la jornada muy cansados pero
felices.
Al
día siguiente temprano marchamos hacia Cuatro Vientos cargados de los sacos y esterillas
para dormir allí. Si nos había parecido que había mucha gente, en Cuatro
Vientos había una barbaridad, jóvenes de todo el mundo, religiosas,
sacerdotes,… Resultó un día largo pero intenso, se respiraba mucha paz, y la
sensación era de no estar solos.
Me
ha dado muchas fuerzas el ver que hay tanta gente joven que cree en Cristo y
desea permanecer firmes en la fe. También he visto gente joven que ha hecho un
gran sacrificio por acudir a las Jornadas con la esperanza puesta en Dios.
Después
de todo lo vivido solo me queda orar por todos los jóvenes y por las familias
para a pesar de las dificultades permanezcamos FIRMES EN LA FE.
Loles y Martin
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